Últimamente no paran de preguntarme sobre el tema del colesterol y la conveniencia de tomar o no simvastatina. En primer lugar ya es sospechoso que unos niveles que antes se consideraban normales, después hayan pasado a ser factores de riesgo y en la actualidad se consideren una enfermedad a tratar. Ya en el año 2000 Ulf Ravnskov, en el libro «Mitos del colesterol» decía que aquello de que el colesterol – y los ácidos grasos saturados – provocan aterosclerosis no es sino una falacia y va más allá, aún cuando afirma que los medicamentos que disminuyen el colesterol sanguíneo son un engaño puesto que en vez de prevenir el infarto cardíaco, más bien lo provocan.

Lo cierto es que todos sabemos que la mayoría de estudios y artículos que se difunden sobre salud están financiados y promovidos por intereses de laboratorios que pretenden salvarnos la vida a costa de llenarse el bolsillo.  Nos intentan hacer creer que nuestro cuerpo no sabe lo que hace y no sabe auto-regularse, porque eso es un gran negocio para algunos. Y sería mucho más sencillo y barato para todos, explicar que en la mayoría de casos, simplemente dejando de beber todas las porquerías que nos metemos y bebiendo el agua necesaria y de la manera correcta, así como reduciendo la ingesta de cereales refinados y lácteos así como dedicando unos pocos minutos al día a reducir nuestro estrés estaría resuelto. Pero claro se juntan dos factores: unos que quieren ganar dinero, vendiéndonos la moto de que el colesterol nos puede matar y no podemos hacer más que tomaros una pastilla, y los segundos que prefieren esa opción a tomar la responsabilidad de hacer las cosas mejor.

Como dice Serrat: cada quien es cada cual………………….y baja las escaleras como quiere.

Os adjunto varios enlaces  por si queréis profundizar:

«La farsa del colesterol» (todoestarelacionado.wordpress.com) http://bit.ly/1bb2aPx

«La injustificable demonización del colesterol» (dsalud.com) http://bit.ly/18RmqJb

«Colesterol II» (mundodespierta.com) http://bit.ly/1cMGGNm

 

Os adjunto también el Prólogo del libro:

LA MENTIRA DEL COLESTEROL: DESMONTANDO ENGAÑOS de HARTERNBACH, WALTER

Este libro apunta contra uno de los más amplios engaños universales que se extiende en el campo de la Medicina en forma de oleada controlada por la industria «anticolesterol» y que persisten aunque existan argumentos científicos en contra de las mismas.

Con este fin, esta publicación pretende hacer una recopilación de los trabajos de los más reconocidos científicos europeos y americanos expertos en colesterol y el resultado de unas 6.000 revisiones que, sobre el mismo tema, ha realizado el autor.

Una industria, perfectamente identificada, ha pagado muy bien a personalidades sospechosas de las facultades de Medicina e instituciones pseudo-médicas para conseguir el logro de sus objetivos (la demonización del colesterol) a base de mensajes sobre el colesterol que, aun siendo profanos y con frecuencia insensatos, tienen un significativo sentido para los patrocinadores.

Resultan funestas en especial las estadísticas manipuladas, gestionadas por estas industrias a nivel  universal y recogidas por un gran numero de entidades médicas carentes de espíritu crítico; en especial los datos falseados sobre los niveles de colesterol abren la posibilidad a los médicos de convertir a cada paciente en un «cliente para toda la vida» y, sobre todo, a poder reajustar sus exigencias en cuanto a los honorarios que les pagan los seguros médicos.

Para mantener esta falsedad, organizada de forma propagandística para hablar mal del colesterol, los fabricantes de margarina y, sobre todo, la industria farmacéutica fabricante de medicamentos contra la colesterolemia, pagan entre 50 y 75 millones de euros por estadística.

Merece la pena que sepas que todos los resultados negativos de la rebaja del nivel de colesterol obtenidos a lo largo de estudios estadísticos destinados a encubrir y acentuar la influencia del colesterol en el infarto de miocardio, no están inscritos en ninguna estadística.

Se ha intentado engañar al cuerpo médico con respecto al gran número de personas participantes en los experimentos.

Así, se afirma que en el Estudio Framingham participaron 5.450 personas, en el Estudio Simvastatin (4-S-Studie) lo hicieron 4.444 y en el Estudio Multifactorial Finlandés se había revisado a 2.000 personas.

Un instituto americano (el National Heart, Lung and Blood Institute) afirmaba que había controlado a ¡¡¡650.000 personas a las que se supervisó entre 10 y 50 años!!!

Estas estadísticas, a las que también se llama «estudios» y que en el capítulo 5 son sometidas a una escrupulosa revisión por científicos críticos, citan, fuera del ámbito científico de médicos y publicaciones especializadas en Medicina, pruebas de que el colesterol es un factor desencadenante del infarto de miocardio, cuando, de hecho, ocurre lo contrario.

Se suelen silenciar los daños en la salud  debidos al descenso de los niveles de colesterol.

La mayoría de los estudios no están basados en investigaciones científicas.

A continuación hacemos una breve reseña de las más importantes estadísticas y de su valor informativo:

1) En el desacreditado Estudio Simvastatin (4-SStudie) fueron controladas 4.444 personas. El resultado que se registró fue el siguiente: «Un nivel elevado de colesterol no tiene ninguna influencia en el desarrollo de arteriosclerosis o infartos de miocardio. Carece de sentido el tratar de reducir el colesterol y de ahí que no esté indicado ».

 2) El Estudio multifactorial finlandés, con el examen de los valores de colesterol de 2.000 personas, mostró que en los sujetos tratados con medicación reductora del colesterol se había observado el triple de infartos y un tercio más de casos de fallecimiento que en el grupo de control que no había recibido el tratamiento medicamentoso.

 3) En el Estudio del Corazón Helsinki I (1987) realizado sobre 700 personas, al rebajar los índices de colesterol se registró un 40% más de efectos secundarios fatales que los que se observaron en el grupo de control; en el Estudio Helsinki II (1993), realizado cinco años más tarde, ese aumento llegó hasta el 50%. Es significativo también el aumento de casos de fallecimiento por cáncer al disminuir los niveles de colesterol: en el Estudio Helsinki II alcanzó un valor del 43%.

 4) En el Estudio Framingham  se buscó probar la utilidad de los medicamentos reductores del nivel de colesterol a base de un experimento con 4.500 sujetos; no se obtuvo ningún éxito y al rebajar los niveles de colesterol se registró un notable incremento de los casos de fallecimiento por cáncer.

Skrabanek describe de la siguiente forma los esfuerzos de la industria farmacéutica: «Es muy probable que no haya nada tan bien contrastado en el campo de la Medicina como el fracaso de estas intervenciones (estadísticas) en su intento de hacer responsable al colesterol del desarrollo de las cardiopatías coronarias», y Skrabanek agrega: «La industria farmacéutica busca “retorcer” las estadísticas hasta que lleguen a satisfacer sus deseos e ilusiones, pues estas estadísticas les han supuesto un coste de 150 millones de dólares que no debe quedar sin rendir ningún provecho a la industria».  Parece ser que el riesgo de cáncer y de infarto de miocardio se incrementa a consecuencia de la ingesta de medicamentos destinados a rebajar los niveles de colesterol.

5) El Estudio Clofibrat

controló el efecto de medicamentos de nombres parecidos, reductores del nivel de colesterol, sobre 1.000 personas. Un alarmante incremento de los fallecimientos por cáncer forzó a la suspensión y prohibición del estudio.

El centro estadounidense National Heart, Lung and Blood Institute realizó una investigación sobre la eficiencia del colesterol, extendida a 650.000 personas y prolongada durante muchos años.

No se pudo encontrar ninguna relación del colesterol con la arteriosclerosis o el infarto de miocardio. Cuanto más altos son los niveles de colesterol, menor incidencia se observa de casos de cáncer y también disminuyen los casos de fallecimiento condicionados por otras enfermedades.

 Estos cinco ejemplos científicos arrojan un resultado unánime:

 1) El colesterol no tienen ninguna influencia en el desarrollo de la arteriosclerosis o el infarto de miocardio.

2) Los valores altos del nivel de colesterol están asociados a una alta esperanza de vida y a una menor frecuencia de los casos de cáncer.

3) La disminución del nivel de colesterol está asociada a numerosos fallecimientos y a una elevada incidencia en la aparición de cáncer.

 La industria farmacéutica manipula las estadísticas: Alto nivel de colesterol – Bajo riesgo de cáncer.

 Ni una sola estadística está realizada con criterios de integridad y esmero, pues de la revisión de los valores de colesterol debe formar parte la investigación de las sustancias que se desarrollan a partir de él, como las hormonas esteroides, y las alteraciones que se pueden provocar en los valores de proteínas, minerales y vitaminas.

 Ni una sola de estas investigaciones se plantea de forma suficiente la revisión de los valores de colesterol. Lo único seguro es que la bajada de los niveles de colesterol es infructuosa, genera una propensión al riesgo de padecimiento de enfermedades y, con frecuencia, resulta mortal.

A pesar de los claros resultados y de las advertencias que resultan ante cualquier reducción de colesterol, la mayor parte de la clase médica se muestra indiferente; según mi experiencia, eso también depende de que son totalmente erróneos los conocimientos que tienen los médicos en cuanto a sus actuaciones profesionales, así como también sobre los importantísimos procesos metabólicos que se generan a partir de las sustancias que contienen colesterol y de las que resultan alteraciones en las relaciones de proteínas, minerales, hormonas y vitaminas.

 El ejercicio de la medicina es, ante todo y cada vez más, un negocio montado alrededor de la salud de la población. Yo retiraría inmediatamente mi confianza a cualquier médico que se mostrara crítico con mis niveles de colesterol, incluso a cualquier otro que quisiera comenzar su actuación a partir de medir esos niveles.