Me veo en la necesidad de aclarar “siempre desde mi punto de vista” este tema de las intolerancias alimentarias, debido al gran número de personas que he atendido por este tema en los últimos años y que está creciendo como una plaga en los últimos tiempos. Parece una nueva moda lo de hacerse estos test de intolerancias alimentarias, como si fueran una solución a los cada vez más frecuentes trastornos digestivos que gran parte de la población padecen. DESDE MI PUNTO DE VISTA NO SIRVEN PARA NADA.
Me está empezando a preocupar que como consecuencia de esto, hay muchos niños y adolescentes que están en un permanente estrés, incluso con trastornos psicológicos por la presión (en algunos casos obsesión) que las madres tienen respecto a lo que comen, y aunque ellas por supuesto que creen hacerlo por su propio bien, con ese instinto maternal de salvadoras, están ejerciendo más de tóxico con respecto al hijo que de solución. Hace 3 años un paciente adolescente se salió a la ventana amenazando que se tiraba, porque no podía soportar seguir comiendo lo que la madre le imponía…
Los alimentos en la mayoría de ocasiones, no son la causa de tener esos trastornos que achacamos a las intolerancias, del mismo modo que no nos atacan las bacterias, ni los virus. Sino que nuestro organismo reacciona ante ellos de manera exagerada, como la consecuencia de que internamente no estamos bien. Por lo tanto, si son la consecuencia, por mucho que los eliminemos de nuestra alimentación, aunque las primeras semanas o meses parece que haya beneficios, a la larga volvemos a estar igual o peor que antes.
Es evidente que hay media docena de alimentos que todos sabemos que no son buenos para nadie, como por ejemplo el azúcar, los lácteos, el trigo, la sal común, pero al igual que sucede con los transgénicos, no es que seamos intolerantes a ellos: ES QUE SON VENENOS porque no son alimentos naturales y todo lo que sea ir en contra de la naturaleza, es ir en contra de la salud, tanto nuestra, como del planeta ya que formamos parte de la misma unidad.
El problema, erradica en muchos factores que confluyen, desde todos los contaminantes químicos y electromagnéticos que nos envuelven y que ingerimos, en un aparato digestivo que no puede adaptarse a la manipulación que hemos hecho de la alimentación en los últimos tiempos, que está totalmente desnaturalizada. Todo esto unido al estrés que provoca estar viviendo en continua competitividad para alimentar a nuestro ego y el no ser capaces de digerir que a veces las cosas no son como queremos, o los demás, no se comportan o nos tratan como nos gustaría. Todo esto es indigerible para nuestra biología primitiva, que no sabe diferenciar si lo que me provoca la molestia, es “el yogur que me había tomado para que no se me rompan los huesos como anuncian en la tele porque estoy en menopausia”, o es “que no soporto que mi vecino haya tenido un comportamiento que me parece asqueroso” y tampoco lo puedo digerir.
En cualquier caso es lo mismo, nuestra mente no sabe diferenciar, lo real de lo virtual, es igual de agresiva una sustancia que ingiero, que un pensamiento que no me deja dormir por la noche. Cualquiera de las dos cosas acumuladas en el tiempo desequilibra el aparato digestivo y por desgracia pese a que la persona tiene síntomas de los que se queja, ni la medicina “oficial” que te mete tubos por arriba y por abajo, para acabar diciéndote: “esto es de los nervios” o «que tienes un intestino demasiado largo» y te receta de por vida un protector, que te va a producir otros efectos secundarios. Ni la mayoría de las mal llamadas medicinas alternativas o naturales, encuentran solución a esto porque siguen buscando la solución afuera. Ahora hay también una corriente, a partir de que gente que se considera mejor informada y alternativa. Se meten en unas disciplinas de comer todo crudo o de hacerse vegetarianos o si lo eran dejar de serlo o macrobióticos, etc. Que me vienen con úlceras digestivas que se han provocado ellos mismos por “volverse sanos” ya que nadie les ha explicado, que aunque la mayoría de esas informaciones son bastante acertadas (yo estoy en sintonía con la mayoría de ellas), no es tan sencillo como seguir al pie de la letra esas disciplinas sin una preparación ya que nuestro aparato digestivo necesita estar preparado para hacer esos cambios tan radicales. Y sobre todo porque no se puede generalizar que algo sea bueno para todos. Igual que se está generalizando con las dietas alcalinizantes (que curiosamente muchos de los que las siguen, están muy acidificados) y lo que es bueno para unos no lo es para otros, pero como por suerte hoy la información está al alcance de casi todos “el San Google”, creemos que tenemos la formación suficiente para procesar la información que leemos y aplicárnosla. Esto también está haciendo mucho daño en la salud de algunas personas.
Lo ideal claro es que todos tuviéramos un nivel de conciencia suficientemente elevado, como para saber escuchar a nuestro cuerpo y este nos indicaría el camino correcto. Pero por desgracia la mayoría de nosotros, llevamos tanto tiempo “des-oyéndolo” o malinterpretando lo que nos dice, desde la mente racional, que éste ya no sabe como hablarnos.
Por tanto, considero que los test de intolerancias, sólo nos dicen que algo nos hace daño, pero porque internamente no estamos bien. Este test sería más indicado para orientarnos en qué alimentación es más adecuada para cada uno, pero haciéndolo después de tener sano el aparato digestivo.
Aclarar que la mayoría de trastornos digestivos, se resuelven fácilmente en unos meses:
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Primero con un buen diagnóstico del estado interno de cada uno de los órganos internos, así como del estado del sistema nervioso simpático que suele estar involucrado en todos ellos.
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Segundo tratar esto y adecuar la alimentación a la patología y persona diagnosticada.
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Finalmente una vez resuelto ajustar la alimentación a lo más adecuado a cada uno.
Es decir la alimentación que necesitamos en estado sano, no es la misma que la que necesitamos para curarnos. ¡¡¡¡Esto ya lo sabían nuestras abuelas que a veces nos daban galletas con chocolate para merendar, pero que cuando estábamos enfermos nos traían caldo de verduras y gallina para recuperarnos!!!
Muy interesante, lo veo claro siempre hay que ir al fondo y en este mundo tan rápido todo es superficial me ha ayudado mucho gracias
Un articulo que deberían de darle a todas las madres en la maternidad justo cuando nacen, la ignorancia mata nunca mejor dicho gracias por su aportación a la humanidad .