Sé positivo. El humor es como una brújula que marca el equilibrio de nuestro estado de ánimo. Decimos que tiene sentido del humor quien nos hace reír, cuenta chistes, gasta bromas o ve el lado disparatado o absurdo de situaciones que para la mayoría son serias. Pero éstas son sólo algunas manifestaciones, ya que disfrutar de buen humor supone mucho más que eso. Es mirar la vida con una filosofía adecuada, basada en la aceptación de la realidad.

Por su parte, ser negativo es una actitud vital que puede perjudicar nuestra salud, nuestras relaciones personales y nuestro trabajo. Si lo ves todo negro, desconfías de todo y te tomas las tareas diarias como algo desagradable y no como algo susceptible de hacer bien y con entusiasmo, necesitas modificar tu forma de ver las cosas y tu forma de actuar. Desarrolla el sentido del humor y aprende a relativizar los «serios» asuntos de esta vida. Una interpretación positiva es el síntoma más claro de humor y de inteligencia emocional.

El buen humor es, (pese a que muchos creen lo contrario) un signo inequívoco de madurez y experiencia e implica tener sentido de la realidad y una comprensión que nos predispone a encajar los acontecimientos de frente ya que lo verdaderamente importante no es en sí lo que nos sucede sino cómo afrontamos lo que nos sucede.

Decide ser feliz

No hagas depender tu felicidad de las circunstancias ni de las actitudes de los demás. Las circunstancias son un espejo que te refleja el rostro feliz o infeliz con que tú las afrontas. Ten en cuenta que la felicidad es una decisión no una suerte.

La vida está llena de cambios y de contrastes. Amar la perfección puede suponer odiar la vida. En todo lo bueno hay algo malo y en todo lo malo hay algo bueno. ¡Descúbrelo! No olvides que una de las cosas que nos caracteriza como seres humanos es tener limitaciones, aprovecha tus errores para aprender y mejorar, incluso permítete bromear sobre ellos.

No te infravalores

Todos poseemos algún atractivo. Acepta tu físico y sácale partido potenciándolo, viste de forma sencilla y cómoda contigo mismo. La belleza que sentimos en nuestro interior es el verdadero reflejo de lo que ven quienes nos rodean. (Y los que no lo vean, ciertamente no nos interesan). No estés continuamente comparándote con los demás. Hazte una lista de tus mejores cualidades y repásala a menudo. Si no te sientes capaz de hacerlo pídele ayuda a algún ser querido.

Busca a lo largo de cada día algunos ratos tranquilos, sin ruidos, sin prisas. Siéntate o acuéstate y respira hondo, al expirar el aire, imagina una nube gris con la que expulsas todo lo negativo de tu interior: las tensiones, la rabia, el cansancio, las prisas… Al inspirar aire, imagina que una luz brillante y amarilla, te llena de una energía que representa la calma, la serenidad, la confianza en ti mismo, la valentía, la fuerza de voluntad y el éxito en la vida.

Aprende a sonreír

De niños reímos con naturalidad, pero, gradualmente, perdemos esa capacidad al hacernos adultos. Felizmente, la risa, como montar en bicicleta, es algo que se vuelve a aprender fácilmente. Piensa que la sonrisa hace que tú te sientas bien y que los demás se sientan acogidos, está asociada al estado emocional del bienestar y la felicidad. Reduce el estrés, alivia la tensión y calma el corazón airado.

Cree en el ocio

Cree en el valor del ocio, no sólo en el negocio (que significa «no ocio»). Intenta no ser de los que no pueden perder ni un minuto. Aprende a creer en lo inútil, en lo gratuito, en lo improductivo, en la inactividad también. Y en el silencio y sobre todo en la espontaneidad, no estés siempre controlándote.

Respeta a los demás y te respetarán

El amor a las personas no lleva implícito la imposición de los valores propios a las personas que queremos. Hay que respetar el derecho que cada individuo tiene a tener su propio punto de vista y a tomar sus propias decisiones.

No busques la aprobación y el aplauso

Actúa según tu propio criterio. Vive y deja vivir. Intenta que las posibles críticas y los comentarios ajenos sobre tu persona no minen tu autoestima. La persona que mejor te conoce eres tú mismo. Los demás pueden verte y juzgarte de una forma muy diferente a como tú lo haces.

Da gracias continuamente

Da las gracias cada día, por la nueva oportunidad que la vida te regala. Da gracias por todo lo bueno……….. que te aporta la felicidad, y da también gracias por lo malo………. ¡de lo que tanto aprendes! y por lo fuerte que te hace. Da gracias porque cada nuevo día: tienes la posibilidad de cambiar tu vida y de hacerla un poquito mejor.